Salidas al campo

Casi sin quererlo he convertido este blog en el mes de septiembre monotemático de la Berrea. Pero es que, la singularidad de esta sierra hace que cada mes tenga algún evento natural que resalte sobre lo demás, y es que este,  es por excelencia el mes del Celo del Ciervo, en el que se desarrolla con más intensidad. Llevo dos semanas, que por unas circunstancias u otras, casi podría decir que me he "instalado" en el parque de una forma continua, por motivos de trabajo, he recorrido de una manera más especial e intensa la sierra en estos quince días, he acompañado a personas que disfrutan especialmente hasta del más mínimo aroma del parque, personas que por su trabajo están de una manera intermitente en contacto con la naturaleza, pero que conseguimos que sigan sorprendiéndose con lo que ven, oyen, huelen..., y personas que repiten año tras año a la llamada de la naturaleza en esta sierra.

Observando un poco el proceso de la Berrea este año, parece que  va a empezar a bajar ya de intensidad. Los animales llevan varias semanas dando notas de estar en celo, la semana pasada y después de las primeras lluvias (14 litros), se animaron a demostrar quién es el más fuerte en el cortejo, sonidos que nos dejaban casi mudos. A principios de esta semana, y después de empezar a apretar de nuevo  el sol, han bajado de intensidad, lo comprobé el martes y miércoles (que por cierto me cautivo la puesta de sol que pude ver), entre otras cosas porque estos animales, los ciervos, cuando están pendientes de su harem, se olvidan hasta de comer y eso hace que con tanto trasiego las fuerzas se mermen. Ha vuelto a llover y han vuelto a recuperar fuerzas y así lo comprobamos este mismo jueves que estuvimos con lluvia y todo, disfrutando de un gran espectáculo, pero vuelve el sol, las temperaturas se estabilizan y no hay previsión de lluvia para los próximos nueve días, mal asunto. Ayer viernes estuvimos de nuevo y disfrutamos una vez más de una tarde esplendida donde disfrutamos mucho de los ciervos con su berrea. Pero siendo buenos observadores, podemos disfrutar de muchos más sonidos que nos brinda la naturaleza; la ronca del gamo, que ha entrado también en celo; de manera que oscurece y se adueña la noche de la sierra, el cantar del sapo partero ibérico, que si no estamos duchos en identificación nos puede confundir que el canto de algún pájaro; el chillar de algún conejo que ha caído en las zarpas de un depredador; el sonido de alguna rapaz nocturna..., en definitiva si nos integramos en el entorno, podemos hacer de nuestra estancia una experiencia INOLVIDABLE e IRREPETIBLE. Y digo lo de irrepetible porque cada visita al campo tiene algo especial, que nos cautiva ese día, por lo cual no olvidaremos ninguna de las veces que vayamos a la naturaleza, te lo digo por experiencia.

Pero también tenemos otro tipo de animales que son mucho más salvajes que los que nos encontramos en el monte, y suelen llevar zapatillas, o da lo mismo el calzado que lleven, van haciendo ruido por donde van, tirando todo tipo de basura, a toda máquina en su vehículo e incluso algunos a toda pastilla con la música, y que la verdad, se podían quedar en el salón de su casa, porque seguro que lo agradeceríamos todos los que de verdad disfrutamos de la madre naturaleza. En fin, no les voy a dedicar ni un renglón más a estos especímenes de dos patas.

En definitiva y para finalizar un año más con este espectáculo os dejo una serie de fotografías realizadas a lo largo de estos días acompañado de una manera u otra de gente que disfruta de la naturaleza, y que vale la pena explicarle y hablarle de la magia de  esta sierra a través de mi experiencia.

Ah por cierto! hoy no iré, ni mañana, hoy es como si anduvieras por la castellana o por cualquier calle céntrica de cualquier ciudad. Para disfrutar al máximo de la naturaleza, hay que esforzarse un poco e intentar hacerlo cuando de verdad te brinda lo mejor que tiene esta sierra, TRANQUILIDAD, y eso solo lo puedes conseguir a contracorriente, es decir, entre semana.