Pequeñas aves en la Sierra de Andújar

En esta nueva entrega os quiero mostrar algunas de las aves forestales que podemos escuchar y ver, en nuestro paseo por la Sierra de Andújar.

De manera que vaya "cazando" con mi cámara las diferentes especies que podemos encontrar en esta sierra, las iré mostrando aqui. Ahora que empiezo a descubrir de una manera mas intensa la observacion de pequeñas aves, os puedo asegurar que es un mundo apasionante.



Mirlo: Ave bastante frecuente en esta sierra, se aprecia clara diferencia entre macho y hembra. El macho presenta un pico anaranjado y un contorno de ojos de color similar, el color de su plumaje es negro intenso. Las hembras presentan unos colores similires pero mucho más apagados.

El canto del mirlo común es muy variado y melodioso, parece que emite ciertos sonidos dependiendo de la situación. Si está alarmado es un sonido agudo y repetido tres o cuatro veces “chuik-chuik-uik-uik-uik”, con un tono de alarma, aunque también emite cantos aflautados, suaves y melodiosos. 

El mirlo tiene una media de vida de 5 años, aunque en algunos datos conseguidos a traves del marcado se ha podido comprobrar que en algunos casos, han superado los 20 años.

Algunos de sus más intimos depredadores son el zorro, la garduña, el armiño y algunas rapaces. +info


Mirlo Común (macho) Turdus merula

Carbonero común: A estas alturas del mes de marzo el macho de carbonero común, ha debido encontrar alguna cavidad apropiada para tratar de atraer a la hembra a la que suele alimentar con presas suculentas. Tienen por medio una ardua labor de reproducción, ya que, en condiciones normales, de aqui al verano, habran sacado adelante un par de polladas.

El Carbonero común tiene un gran repertorio de cantos. El canto, que empieza a escucharse en enero con mucha fuerza y ocasionalmente ya en diciembre, es una repetición de cinco a siete veces de una frase que se entiende como ¡¡ti-ti-chu!! muy clara, metálica y en tono tan alto y agradable que inmediatamente llama la atención y se escucha a considerable distancia. +info

Carbonero común - Parus major


Curruca Capirotada: Quizás sea una de las currucas más conocidas y extendidas. Es un ave invernante llegando a ser bastante común durante los meses de invierno. En esta sierra parece ser que esta ave es sedentaria, por lo que cuando se va el invierno ella permanece en nuestros bosques.

En marzo-abril, después de haber tomado posesión de un territorio, el macho intenta, con mímicas variadas, atraer una hembra. Durante la parada nupcial, agita tan pronto las alas como la cola, frenéticamente, e infla las plumas del pecho.

El canto de la Curruca Capirotada es uno de los más agradables y variados de la avifauna ibérica. Cuando está alarmada, tanto machos como hembras lanzan un seco y duro ¡¡teck, teck,...!! repetido insistentemente de dos en dos y que toma un ritmo muy rápido si la excitación sube de tono. +info

Curruca Capirotada (macho) Sylvia atricapilla


Herrerillo Común: podría ayudar a curar la malaria ,se le ha identificado en el organismo de estos pajarillos un mecanismo que los defiende frente a parásitos similares al de la malaria producido por la picadura de insectos.

De conducta muy inquieta, se mueve incesantemente por entre el ramaje, posándose en cualquier postura y siendo realmente un pájaro acrobático. Picotea continuamente la corteza, las ramas y el dorso de las hojas. Su agudo pico, pronto da cuenta de cualquier minúsculo insecto en una grieta.

Su repertorio vocal es muy variado y resulta imposible dar aquí ni siquiera una ligera idea de las voces que un Herrerillo Común puede emitir, aunque nunca tan variadas y fuertes como las del Carbonero Común.El canto es un trino rápido y agudo que comienza con dos o tres notas y se prolonga en un siseo en tono alto ¡¡tsi-tsi-tsi...tsi-hi-hi-hi-hi!! También un agudo y muy alto ¡¡tsi-tsi-tsi-tsissip!! y un más corto ¡¡tsi-tsi-uit, tsi-tsi-uit!! Sus notas de llamada son agudas y de un gran poder de transmisión, escuchándose bien a 200 metros. Cuando vuelan de un árbol a otro o entre arbustos se llaman con continuos ¡¡tsi-tsi-tsi!!. +info

Herrerillo común - Parus caeruleus


Escribano Soteño: El macho del Escribano, tiene rasgos inconfundibles que favorecen su rápida identificación, llamando más la atención los de la cabeza. La hembra posee un plumaje con rasgos mucho menos destacados en cuanto se refiere a la coloración, en general más pálida, pero el diseño viene a ser el mismo.

El Escribano Soteño es un típico pájaro de campiña. Pero hay que añadir que la presencia de árboles es fundamental en su biotopo. Parece una especie adicta a los álamos y olmos. Sin embargo, como éstos crecen con frecuencia en las orillas de los ríos y riachuelos, debemos considerar que el nombre español que se ha dado a este pájaro responde muy bien a su hábitat. No gusta de campo abierto y prefiere bordes de carreteras y caminos vecinales con abundancia de matorral y setos en las orillas.

En sí, el canto es una matraqueante, o mejor, repetición, en forma de trino prolongado de una sola nota. El mismo pájaro puede cantar en dos tonos, que son fácilmente diferenciables. Uno fuerte y alto, de largo alcance, y otro más apagado y débil, más sordo, como si el cantor estuviera ya cansado o hubiera perdido la fuerza.  A menudo, si se puede escuchar de cerca, se aprecia antes un sonido como ¡¡gi-sip!!, y seguidamente el largo y monótono trino. Aún más. En algunas ocasiones este trino es cerrado con un corto y abrupto ¡¡u¡¡k!! o ¡¡uiit!!. +info

Escribano Soteño (macho) Emberiza cirlus

Escribano Soteño (hembra) Emberiza cirlus
Nido de Mito


Mito: Las parejas de mitos comienzan a trabajar a fines de febrero o primeros de marzo en la tarea de construir sus elaborados nidos. En la horquilla de un árbol o arbusto, a cualquier altura entre uno y veinticinco metros del suelo, reúnen líquenes, telas de araña y pelo para formar un inconfundible nido ovalado y cerrado, con un agujero de entrada cerca de la parte superior. Trabajan desde el interior del nido, y cuando está terminada la estructura básica añaden un forro hasta de 2000 plumas y camuflan el exterior con telas de araña.

Hay dos tipos de vuelo especial de cortejo; una rápida persecución sexual entre las hojas y otro más lento sólo por el macho. No hay nada que pueda considerarse como canto, pero tienen varias llamadas: un balbuciente «tsirrap», un suave «tapp» y un tenue «tsi-tsi-tsi». + info
Mito - Aegithalos caudatus
 


Mosquitero común: Sólo un observador experimentado puede distinguir, al Mosquitero común de su primo el Mosquitero musical por su plumaje; afortunadamente sus cantos, muy diferentes, facilitan su identificación. EI Mosquitero Común desgrana en todo momento notas cortadas: «suit-suet-suet-bitbitbit». El Mosquitero Musical, por el contrario, emite un «decrescendo» líquido lleno de vivacidad. En España cría una raza del Mosquitero Común diferente a la del resto de Europa y que canta como se ha indicado.



Las dos especies comparten el mismo hábitat: bosques y demás lugares boscosos o arbustivos.

En los dos mosquiteros la parada nupcial se reduce a un vuelo lento, seguido de una ofrenda de alimento. El Mosquitero Musical normalmente construye su nido bien disimulado en tierra, mientras que el Mosquitero Común casi siempre busca un lugar en arbusto bajo. Es un ave insectivora. + info



Mosquitero Común - Phylloscopus collybita


Trepador Azul: Al contrario de muchas aves silvestres que en primavera tienen la costumbre de excavar o de agrandar un hueco para criar, el Trepador Azul reduce la entrada de la cavidad donde se instala.


Esta ave es la trepadora más extraña de nuestros bosques. Bien apoyada en sus cortos tarsos, avanza a pequeños trechos, enganchada a la corteza de los troncos, sin ayudarse con la cola como los picos, sino gracias a la fuerte musculatura de sus patas, provistas de uñas aceradas. Por esta razón, no necesita llevar la cabeza levantada hacia arriba como los picos. Recorre con frecuencia los troncos cabeza abajo con la mayor naturalidad del mundo. El régimen alimenticio de este pájaro, compuesto de granos de cáscara coriácea (por ejemplo, los cacahutes), le ha hecho desarrollar una curiosa costumbre: sujeta su botín en la horquilla de un árbol o en una grieta y martillea avellanas o hayucos con grandes picotazos.

La voz del Trepador Azul es inconfundible y aunque posee gritos y notas variadas, un alto y metálico ¡¡chuiit-chuiit!! es el sonido más comúnmente escuchado en los bosques. También repite insistentemente un ¡¡tisit!! o mejor ¡¡tsit!! y grita a menudo cuando está irritado o se muestra agresivo ¡¡trirrr!! Realmente este sonido es un trino fuerte que no se puede expresar aquí muy bien, lo mismo que el canto formado por un silbido emitido en tono alto ¡¡tuí!! y repetido tres o cuatro veces, seguido de un rápido ¡¡chirrirrirr...!! y terminando en un casi lastimero ¡¡pii-pii-pii...!! Canta a partir de la mitad de enero si el tiempo es soleado y en junio se le escucha ya muy poco. Su voz se oye intermitentemente en gran parte del año y probablemente marzo y abril son los meses en los que este pájaro canta con más fuerza. +info



Trepador Azul - Sitta europaea






Pinzón vulgar: La mayoría de las personas a las que se pregunte cuál es el ave más común en España, probablemente mencionarían el Gorrión Común. Pero, en realidad, el primer puesto en abundancia corresponde al Pinzón Vulgar.


En invierno se une, en grandes bandos, con otros fringílidos, escribanos y gorriones, para alimentarse en tierras de labor y rastrojos; sin embargo, a veces forma él solo los bandos, cuyos individuos son todos del mismo sexo. Por esta curiosa costumbre de separación de sexos en otoño-invierno es por lo que recibió del naturalista sueco Linneo el nombre de coelebs (en latín, célibe), detalle que en las aves que crían más al norte es particularmente notable, pues mientras que las hembras y jóvenes abandonan las áreas de nidificación para invernar en zonas más templadas, la mayoría de los machos permanece en aquéllas reunidos en bandos.


Los pinzones comienzan a cantar en febrero, pero no todos cantan del mismo modo; se han notado llamativos dialectos regionales, especialmente entre aves llegadas del resto de Europa. A pesar de ello, el canto es fácil de identificar, pues siempre acaba con un enfático floreo.

La llamada usual del Pinzón Vulgar es un fuerte y metálico ¡¡chink-chink, chink!! que repite insistentemente si está alarmado o muy espaciadas las notas si el macho llama a la hembra. Este sonido recuerda a otro similar emitido por el Carbonero Común, Parus major. En vuelo invariablemente lanzan macho y hembra un débil, pero bien audible ¡¡tsip, tsip...!! En febrero los machos emiten repetidamente un agudo y fuerte ¡¡chuit!! o también ¡¡uit!! en cierto modo sibilante. +info

Pinzón Vulgar (macho) Fringilla coelebs



Agateador común: Muchas aves de bosque se escuchan mas frecuentemente que se ven, y los agateadores son unos de los más esquivos de este grupo. Pasan la mayor parte del tiempo en los árboles, bien camuflados cuando se agarran a la corteza como un ratón emplumado y mantienen oculto su nido dentro de un pequeño agujero que fácilmente pasa desapercibido, aunque puede descubrirse al asomar entre las grietas parte del material que compone el nido. El canto del Agateador Norteño siempre emitido desde un árbol es un agudo ‹‹tsii-tsii-tsii-siszi-tsii» y las llamadas más frecuentes son un agudo y más bien largo «tsiiii» y un «tsit». .El canto del Agateador Común es más rítmico y su reclamo es un agudo «tsriij».

En invierno, cuando no hay hojas, puede vérseles a veces explorando los troncos de los  árboles con su curvado pico acicular (del latin acicula, aguja pequeña). El pájaro recorre el tronco hacia arriba en cortos tramos. +info


Agateador común (macho) Certhia brachydactyla



Picogordo: El poderoso pico de esta ave, accionado por músculos altamente desarrollados, le permite producir una fuerza trituradora de 25 a más de 40 kilos para abrir los piñones, que son uno de sus alimentos favoritos en otoño e invierno en esta sierra.


El Picogordo, el mayor de los fringílidos españoles, cría en bosques caducifolios y en huertos de frutales, grandes jardines y lugares arbustivos salpicados de árboles. Son aves ariscas que prefieren posarse en las ramas más elevadas de árboles altos. En visitas de forrajeo al suelo, saltan más bien pesadamente. En invierno a menudo se desplazan a terrenos más abiertos, formando pequeños bandos para comer.


Su canto es débil, renqueante y rara vez se oye; pero en vuelo tiene un sonoro y distintivo «tsicc» metálico. La parada nupcial del macho, que en esta época se muestra particularmente agresivo y nervioso, incluye esponjamientos de las plumas de la cabeza y pecho, reverencias y caídas de alas, mientras la hembra se encara con él demostrando su instinto agresivo y dominador. Algunas veces la pareja toca sus picos en lo que parece ser un beso. +info



Picogordo (hembra) Coccothraustes coccothraustes



Verderón común:  es un sólido pájaro de cuerpo compacto y cabeza grande, cuyo plumaje, visto de lejos, parece solamente verde. Sin embargo, de cerca, o teniéndolo en la mano, el macho posee matices muy destacados.Son aves sociables en todo tiempo y tienden a criar en colonias de reducido número, utilizando arbustos adyacentes; normalmente tienen dos crías cada verano, y algunos incluso una tercera, de modo que no es raro encontrar aves jóvenes en el nido en fechas muy tardías.
En invierno pueden abandonar la protección de los arbustos para alimentarse en rastrojos y eriales, con bandos de otros fringílidos y escribanos.

El Verderón Común es un pájaro expresivo, pero que emite notas y canto poco musicales. Si está alarmado, lanza un plañidero e insistente ¡tsuiit! En vuelo, un repetido y acelerado ¡chichichichichi! 

Pocas semanas antes de la primavera empiezan los machos a lanzar un recio y prolongado zurrido ¡tsuirr...! También al volar o posados en grupos emiten insistentemente un suave ¡chip, chip! El canto es un gorjeo melodioso, pero no muy musical ni en tono muy alto, formado fundamentalmente por un conjunto de notas sin relación unas con otras, y entre las que introduce intermitentemente un suave ¡tsuii! Tanto este canto como la llamada de los machos son lanzados desde posadero alto en árboles o arbustos, y también el canto en vuelo de celo. En días soleados de enero no es infrecuente escuchar la voz de los machos viejos ya establecidos en su territorio, pero realmente no lo hacen con fuerza hasta pasado el 15 de febrero. Mayor intensidad tiene en abril y mayo, pero puede continuar fuerte en junio y julio, e incluso en agosto. El canto otoñal en octubre es muy esporádico. +info


Verderón (macho) Carduelis chloris


Petirrojo: Si hubiera que conceder a una de nuestras aves la palma de la familiaridad, ¿quién se la llevaría mejor que el Petirrojo? Su silueta rechoncha y viva, brincando entre las hojas secas en busca de gusanejos es bien conocida de los paseantes, que no dejan de notar la presencia de esta pequeña bola con pechera de color rojo vivo.



De hecho, el Petirrojo Europeo esconde bien su juego, pues su mal carácter podría perjudicar la amistad que se le concede. Pero es de admirar la energía que despliega un animal tan pequeño en la lucha por la vida. En él, el rojo es una señal de alarma, mientras que en los colirrojos, el color de su cola es sólo un medio primitivo de reconocimiento. La visión de otra pechera roja provoca en el petirrojo una serie de actitudes de intimidación que se acentúan hasta que uno de los protagonistas huye, por lo general, antes de llegar a la lucha. El canto delimita el territorio y evita conflictos.

Las hembras cantan solamente en invierno, período en el cual defienden un territorio propio, a menos que el tiempo se muestre extremadamente riguroso, en cuyo caso aplicarán todas sus energías a la búsqueda y consecución del alimento necesario para subsistir. A mediados del invierno la hembra comienza a buscar pareja, eligiendo entre los machos que cantan. +Info



Petirrojo europeo - Erithacus rubecula


Agradecimientos: Toda la información que aparece sobre las diferentes especies de pájaros que expongo en esta entrada junto a mis fotografias, pertenecen a los autores de www.pajaricos.es

Comentarios

  1. Que privilegio el tuyo al tener la Sierra de Andújar tan cerca, gracias por compartir esos pequeñines que se acercan a ti. Solo añadir que me gustó especialmente la del Carbonero, no se porque, pero tiene algo especial. Un beso y a seguir currando por esa Sierra que tan buenos momentos da a quien la visita... tan buenos que se hace eterno cuando no podemos regresar más amenudo.

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