Hoy, era un día, de los que pintaba bien para dar un paseo por la sierra. Después de alguna lluvia caída en días anteriores, el cielo totalmente despejado, poquitos grados sobre cero..., el día perfecto para traerme en mi cámara, ese mar de algodones que tanto me gusta observar acariciando el valle del Jándula, y que todavía, no he sido capaz de captarlo en mi cámara de tal manera, que lo muestre tal y come es.
Y así lo hice esta mañana. Me dirigí a tomar algunas fotografías mientras, hacia un poco de deporte, en plena naturaleza. Como me imaginaba, el mar de algodones estaba allí, imponente como siempre, exclusivo en ese paisaje serrano, pero que una vez más, me vengo sin poder igualar su belleza en mi cámara. Pero mientras que llega ese momento , me he traído otras imágenes que espero os gusten, y que me apetecía, compartir con vosotras/os.
Monumento al Peregrino y Santuario visto a traves del peregrino |
Valle del Guadalquivir con Andújar en el centro |
El Sol se abre camino entre la niebla... |
Ombligo de Venus |
Llamada vulgarmente Ombligo de venus, toma ese nombre por la característica forma de la hoja. Y es que ésta, tiene una forma orbicular (circular) y el pecíolo de la hoja sale del centro geométrico del limbo, lo que le da un aspecto, en el haz, como de un mamelón invertido, o como el nombre mismo indica, un ombligo.
Muchos asocian U. pendulinus el carácter de sinónimo de U. rupestris aunque otros autores no reconocen esa sinonimia.
Vive en grietas de paredones verticales, y en rendijas de muros, junto con otras plantas crasas. Como tal, está adaptada a las condiciones séricas y aguanta bien la sequía a la que es sometida por los lugares que ocupa. Florece a finales de la primavera, y las flores son de un rojo pálido a blanco, y se disponen péndulas en un racimo.
Farmacológicamente hablando no es una planta muy utilizada en nuestros días, aunque antiguamente se la incluía en la farmacopea española, y de hecho fue usada mucho antes por Dioscórides y Hipócrates. Se la considera principalmente una planta diurética en infusión. Usada externamente, se dice que es un buen remedio para sanar llagas y demás heridas, actuando como cicatrizante, y en algunos lugares se utiliza como remedio para las hemorroides. El jugo (obtenido machacando las suculentas hojas) se ha empleado históricamente contra las otitis purulentas en aplicación directa. Uno de sus empleos más curiosos (sin ningún fundamento científico, por supuesto) fue recomendado por Hipócrates con el fin de procrear varones.
Autor texto: Álvaro Bayón
Muy chulo el paseo por lo que aprecio y de todas la fotografías va a ser que me quedo con "El Sol se abre camino entre la niebla..." esa me hubiera gustado hacerla a mi... Muchas gracias por mostrar esa hermosa Sierra. Un beso
ResponderEliminarLola, la naturaleza nos ofrece estampas exclusivas en cada momento, solo hay aprovechar cada minuto que se tenga disponible para disfrutar de ella.
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